«Intestino y Candidiasis: Agua que no has de beber»

«Intestino y Candidiasis: Agua que no has de beber»

Cada vez son más las personas que se preocupan ya no solo por lo que comen, sino por la calidad del agua que beben. Y no es para menos.

Yo misma, después de más de una década ocupándome de la calidad de lo que comía y ponía sobre mi piel, empezaba a percibir la incoherencia que suponía que, tratándose del 70% de nuestra composición corporal, así como de en torno al 80% de la de la sangre, no otorgara la importancia que merece el agua que consumo.

El agua cumple funciones indispensables en nuestro organismo, y asegurar su calidad resulta fundamental para todas las personas en general, pero más aún para las que padecen de trastornos digestivos y candidiasis, hormonales, o problemas con la piel.

FUNCIONES DEL AGUA

El agua es de las mejores herramientas para favorecer el proceso digestivo, ya que no solo se encarga de transportar los nutrientes a las células, sino de eliminar los productos de deshecho que generan éstas, es decir, que contribuye al buen funcionamiento celular, y la desintoxicación del organismo. Si el suministro de agua que proporcionamos a las células y tejidos no es el adecuado, se puede alterar dramáticamente la manera de asimilar los nutrientes de los alimentos.

Además, el agua actúa como lubricante del aparato digestivo y de todos los tejidos protegidos por mucosas, y combinada con un consumo adecuado de fibra, contribuye a aumentar la sensación de saciedad, y a mejorar nuestro tránsito intestinal, previniendo así numerosas enfermedades.

A poco que conozcamos sobre salud intestinal y/o candidiasis, sabemos que lo primero que hay que hacer es aliviar la carga tóxica del organismo, para así reducir la inflamación, equilibrar la flora bacteriana y el sistema inmune. Las que hemos convivido con la candidiasis crónica sabemos además que éstas no solo se alimentan de metales pesados y de restos de alimentos sin digerir, sino que además generan multitud de sustancias tóxicas a través de su metabolismo, así que imaginaros la situación a la que podemos someter a nuestro organismo si no nos hidratamos adecuadamente.

AGUA DEL GRIFO

Las plantas depuradoras que filtran y tratan quimícamente el agua que llega a nuestras casas a través del grifo poseen sistemas de filtrado anticuados y no adaptados a la realidad actual, que demuestra que cada vez es mayor la cantidad de pesticidas, metales pesados, medicamentos y anticonceptivos que se filtran a nuestras aguas.

El cloro que contiene, por ejemplo, además de abrasivo al entrar en contacto con nuestra piel (¿recordáis cómo irrita nuestros ojos cuando nos bañamos en la piscina?), destruye nuestra flora bacteriana y altera nuestro sistema inmunitario.

Plomo, mercurio, arsénico, antibióticos, hormonas… son tan solo algunas de las muchísimas sustancias que, en mayor o menor cantidad, presenta el agua del grifo, y cuyo consumo puede generar graves consecuencias para la flora bacteriana y salud intestinal, así como para el sistema nervioso u hormonal.

EL AGUA EMBOTELLADA NO ES LA SOLUCIÓN

Seguro que muchas erais ya conscientes de esta información acerca del agua del grifo, y por eso, como hacía yo, optáis por consumir agua embotellada de mineralización débil, pensando que es la mejor.

Pues bien, debéis saber que el plástico que se utiliza para envasarlas se degrada a partir de los 18 grados, y permite que se liberen en el agua disruptores endocrinos y sustancias cancerígenas. La Universidad de Granada, en una de sus investigaciones, analizó la actividad hormonal en 29 muestras de agua embotellada que se consumen en España, y concluyó que todas las muestras presentaban componentes con acción hormonal, y que por ello los consumidores de agua embotellada podían estar expuestos a dosis bajas de estos componentes, afectando al sistema endocrino.

Incluso en las botellas de vidrio, aunque en concentraciones mucho más bajas, también se han encontrado contaminantes hormonales lo que sugiere que, independientemente del plástico, la fuente del agua y el proceso de embotellado también influyen.

Los niveles alterados de hormonas también provocan proliferación de las cándidas, y es por ello por lo que trastornos hormonales y digestivos suelen estar relacionados.

Por último, no puedo dejar de mencionar el efecto que genera en nuestros compañeros de planeta el uso excesivo que hacemos del plástico. Toneladas de este material están envenenando nuestros mares y ríos, y consecuentemente, a los animales que viven en ellos.

ALTERNATIVAS

Muchos me preguntáis por las jarras con filtro, las destiladoras, el sistema de ósmosis… y tras mucho investigar, he llegado a la conclusión de que el sistema de filtrado más óptimo, que consecuentemente nos proporcione agua de más pureza o calidad, debe cumplir con estas tres características:

  • Debe eliminar la mayor cantidad posible de contaminantes y sustancias tóxicas.
  • Debe eliminar también bacterias, virus y demás microorganismos patógenos.
  • Debe proporcionar agua estructurada y vitalizada, que mejora su capacidad para transportar nutrientes y penetrar en las células.

Si queréis más info acerca de cuál uso yo, no tenéis más que escribirme y os explico más detalladamente.

Tomar un gran vaso de agua filtrada nada más levantarse, así como a lo largo del transcurso del día, permitirá que nuestro sistema digestivo y organismo en general funcione más equilibradamente. Yo en lo primero en que lo noté fue en el incremento de mis niveles de energía y la hidratación de la piel.

Espero haberos proporcionado algo de información extra acerca de este tema, y que si tenéis cualquier duda no dudéis en escribirme a info@estefaniamartel.com

Como siempre, ¡salud para todos y todas!

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